GASTROGURÚ
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MANUEL
CLAVEL
ARQUITECTO, PROFESOR EN LA UNIVERSIDAD DE MIAMI
Fotografía: Antonio Juan Gras Alarcón
Dice Jhon Ruskin, escritor inglés que me deslumbró con “Las Piedras de
Venecia”, que la arquitectura es el arte
de componer y decorar edificios cuya contemplación debe contribuir a la salud,
a la fuerza y al placer del espíritu humano.
Manuel Clavel, arquitecto murciano, no solo expone sus ideas sobre la
arquitectura en la Universidad de Miami y ha recibido importantísimos premios a
lo largo de todo el mundo, sino que realiza proyectos para muchas de las ciudades
más activas del planeta, y siempre ha
tenido la fortuna de crear espacios para la hostelería. Ahora, sobre su mesa,
comienza a dibujar los primeros planos de dos restaurantes, uno en Catar y otro
en Miami, que están llamados a convertirse en referencia. Lío y Asia de Cuba,
no los olviden.
Aunque piensa que el buen gusto es un bien escaso, trabajar con
clientes como cocineros le facilita el trabajo. Son dos maneras muy similares
de entender la vida. Y dialogar es una necesidad que el arquitecto expresa para
poder centrar su trabajo. Dialogo con los materiales, con las necesidades, no
para decorar, sino para crear atmósferas que hagan única y vivencial la estancia
de los usuarios en esos locales que visitan.
Se amolda en su trabajo a las necesidades económicas del cliente, porque sabe que no todo tiene que ser
proyectos deslumbrantes. Pero no se puede ahorrar en construir atmósferas, es
un error que nos vuelve vulgares. Y la obligación de las ciudades es
convertirse en un ser vivo, activo, que atraiga a los visitantes. Y la
restauración es un imán que hace mover al turismo. Las ciudades necesitan arte,
diseño y gastronomía, y ahora que siente que la situación económica ha tocado
fondo, y tenemos la oportunidad de construir a un precio como el que jamás
hemos tenido, debemos de lograr que esos tres primeros metros de los edificios
que ponen límites a las calles sean fascinantes. Y señala la iluminación de las
tiendas de Berlín, la activación que ha sufrido Miami, como el prestigio de los
grandes edificios se gana añadiendo servicios que los hagan visitables y vivos.
Es de la idea de que nuestra ciudad debe competir no con lo cercano, sino de manera internacional para
poder mover al turismo inmediato. Esa gastronomía popular que hay de tanta
calidad necesita de espacios que hagan más atractivo el viaje. No podemos auto
limitarnos, porque se puede construir a buen precio. Tener las miras cortas es
perder la oportunidad de estar en el futuro, y hacer las cosas bien no cuesta
más. La oferta que se lance tiene que ser de nivel. Que incite a la visita. Que
tengamos razones para que la vista valga la pena y sea memorable.
Se pregunta que qué hacemos cada uno por nuestra ciudad. Que es
necesario que los proyectos en los que nos implicamos deban de estar hechos
desde el amor. Porque el pulso de una ciudad está en sus locales, y esos
espacios privados son los que generan el gran espacio público en el que
vivimos.
El camino pasa por una vuelta a lo natural, que se generen auténticas
experiencias de confort. Que los espacios tengan un espíritu de hogar creados
por verdaderos profesionales.
Manuel Clavel es un arquitecto que dialoga para generar salud
emocional única e inolviable.