viernes, 28 de febrero de 2014

DE LA CREACIÓN DE ESPACIOS GASTRONÓMICOS COMO REFUGIOS DEL ESPÍRITU

GASTROGURÚ 23

MANUEL CLAVEL
ARQUITECTO, PROFESOR EN LA UNIVERSIDAD DE MIAMI

Fotografía: Antonio Juan Gras Alarcón










Dice Jhon Ruskin, escritor inglés que me deslumbró con “Las Piedras de Venecia”, que la arquitectura  es el arte de componer y decorar edificios cuya contemplación debe contribuir a la salud, a la fuerza y al placer del espíritu humano.

Manuel Clavel, arquitecto murciano, no solo expone sus ideas sobre la arquitectura en la Universidad de Miami y ha recibido importantísimos premios a lo largo de todo el mundo, sino que realiza proyectos para muchas de las ciudades  más activas del planeta, y siempre ha tenido la fortuna de crear espacios para la hostelería. Ahora, sobre su mesa, comienza a dibujar los primeros planos de dos restaurantes, uno en Catar y otro en Miami, que están llamados a convertirse en referencia. Lío y Asia de Cuba, no los olviden.

Aunque piensa que el buen gusto es un bien escaso, trabajar con clientes como cocineros le facilita el trabajo. Son dos maneras muy similares de entender la vida. Y dialogar es una necesidad que el arquitecto expresa para poder centrar su trabajo. Dialogo con los materiales, con las necesidades, no para decorar, sino para crear atmósferas que hagan única y vivencial la estancia de los usuarios en esos locales que visitan.

Se amolda en su trabajo a las necesidades económicas del cliente,  porque sabe que no todo tiene que ser proyectos deslumbrantes. Pero no se puede ahorrar en construir atmósferas, es un error que nos vuelve vulgares. Y la obligación de las ciudades es convertirse en un ser vivo, activo, que atraiga a los visitantes. Y la restauración es un imán que hace mover al turismo. Las ciudades necesitan arte, diseño y gastronomía, y ahora que siente que la situación económica ha tocado fondo, y tenemos la oportunidad de construir a un precio como el que jamás hemos tenido, debemos de lograr que esos tres primeros metros de los edificios que ponen límites a las calles sean fascinantes. Y señala la iluminación de las tiendas de Berlín, la activación que ha sufrido Miami, como el prestigio de los grandes edificios se gana añadiendo servicios que los hagan visitables y vivos.

Es de la idea de que nuestra ciudad debe competir no con lo  cercano, sino de manera internacional para poder mover al turismo inmediato. Esa gastronomía popular que hay de tanta calidad necesita de espacios que hagan más atractivo el viaje. No podemos auto limitarnos, porque se puede construir a buen precio. Tener las miras cortas es perder la oportunidad de estar en el futuro, y hacer las cosas bien no cuesta más. La oferta que se lance tiene que ser de nivel. Que incite a la visita. Que tengamos razones para que la vista valga la pena y sea memorable.

Se pregunta que qué hacemos cada uno por nuestra ciudad. Que es necesario que los proyectos en los que nos implicamos deban de estar hechos desde el amor. Porque el pulso de una ciudad está en sus locales, y esos espacios privados son los que generan el gran espacio público en el que vivimos.
El camino pasa por una vuelta a lo natural, que se generen auténticas experiencias de confort. Que los espacios tengan un espíritu de hogar creados por verdaderos profesionales.

Manuel Clavel es un arquitecto que dialoga para generar salud emocional única e inolviable.



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