GASTROGURÚ 9
BORJA OSBORNE- OSBORNE
DIRECTOR DE COMPAÑÍA DE VINOS IBERIAN
Fotografías: Antonio Juan Gras Alarcón
Los apellidos que han creado camino dentro de un determinado sector
pueden correr el peligro de diluirse si quienes lo mantienen en el futuro no
son capaces de hacer que el sendero vaya creciendo hasta llegar a nuevas metas.
Borja Osborne nació en el Puerto de Santa María, uno de los vértices
del misterioso triángulo del Jerez, un año más tarde que el Mayo parisino nos
invitara a soñar que debajo del asfalto encontraríamos el mar. Sus estudios universitarios
en ciencias empresariales, y sus dos masters, le han permitido tener una visión
del negocio del mundo del vino novedosa y ecléctica, pero no exenta de sentido
y respeto por lo construido por sus antepasados.
Gracias a una mirada globalista del sector sabe que el brío que están
viviendo las bebidas del Marco es gracias al empuje que se ha generado
desde los EEUU, pues se le ha prestado
la atención que merecían y se le ha conseguido procurar un valor que aquí no
hemos sido capaces de darles.
Hay una clara evolución en el mercado de éste sector que a veces se
rige por criterios muy personalistas, pero que produce cambios notables en la
manera de entenderlo. Y ahora mismo hay una tendencia que mira y degusta con
admiración botellas que acumulan mucho tiempo en su crianza. Ésta vuelta hacia
vinos clásicos hace que dedique parte de sus esfuerzos a apoyar el conocimiento
de joyas que se conservan en su bodega y permite que podamos disfrutar de soleras
con más de ciento noventa años. Amontillados, Olorosos, Palos Cortados, Pedro
Ximenez que han ido ganándole la vida a los calendarios y que encierran en
sus nombres trabajos muy personalizados
para grandes familias del mundo, como zares o gobernadores de nuevos estados.
Sibarita, Capuchino, Venerable, vinos que han ido haciéndose para el placer
concreto de determinados bebedores.
Defiende que estos vinos sean vinos de descorche. Que se beban en
copas amplias donde sus aromas anuncien el increíble potencial que han ido
desarrollando. Son néctares con tanto que mostrar que los más ancianos enseñan
a los más jóvenes, dotándolos de riquezas sápidas y olfativas inigualables.
Pero además, en unión con sus cinco hermanos, ha creado una compañía
que ya trabaja en más de once denominaciones, teniendo como premisa el estudio
del viñedo y de los suelos que los sustentan para conseguir exponer la
personalidad de la zona en cada uno de los trabajos que desarrollan.
No duda en considerar que España es el mejor lugar del mundo para elaborar
vinos, por la magnífica y diversa materia prima que puede producir, pero que
aún queda mucho en el aprendizaje de la comercialización.
La cultura enológica que acumula el país se extiende por todas
nuestras geografías, y son el suelo y la
uva las encargadas de dar la personalidad que la técnica solo debe de afinar,
nunca ocultar. Los vinos tienen que saber a donde son, sino están hablando un
idioma de irrealidades y fingimientos.
Para Borja Osborne el negocio del vino
se sustenta en tres pilares: lo financiero, lo comercial y lo enológico.
No olvidemos que los negocios se realizan para generar beneficios. Y aun
ofreciendo la más grande de las calidades no podemos afirmar su perpetuidad. Si
bien estas propuestas son de tan largo plazo que su beneficio sólo lo verán, si
las hubiera, terceras generaciones.
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