viernes, 24 de enero de 2014

EL HADA COMBATIVA DE LOS ZUMOS DE FRUTA

GASTROGURÚ 18

ANA MARÍA ZAMBUDIO

GERENTE Y PROPIETARIA DE PANARRO FOOD
Fotografía: Antonio Juan Gras Alarcón






En esta época en que parece poco prudente exponer los principios que cada uno tiene como guía de su vida, la que fue licenciada en empresariales y durante muchos años administrativa, en una empresa del sector de frutas y zumos de la que aprendió sobre todo que quien mucho abarca poco aprieta, Ana María Zambudio expone con una claridad asombrosa que sus bases vitales son las de creer que vivir en un mundo mejor es posible, y que la responsabilidad, el compromiso y la acción dependen de cada uno de nosotros para llevar a buen puerto nuestras creencias.

Ha trabajado muy duramente desde aquél 2000 en que fundara su empresa, se ha rodeado de un grupo de 25 trabajadores que comparten sus creencias laborales y se muestra orgullosa al poder decir que los productos que transforman con maquinaria cada vez con mayor tecnología punta llegan a ocho países en dos continentes.
Las propuestas que defiende podrían parecer las más evidentes y sensatas, pero el sector al que pertenece ha hecho que un alimento como lo  zumos llegue a convertirse en un serio problema para la salud, y resulte poco conveniente su uso en dietas y alimentación infantil. Sin embargo las propuestas que Ana amplía año a año, tanto en el mundo de los zumos, como en el de las mermeladas y las cremas, son transparentes, racionales, naturales y justas.

Se preocupa de que la base de su negocio, las frutas y verduras, procedan de una agricultura  ecológica y de un comercio justo. Porque respetar la calidad y un precio adecuado para el agricultor entra en sus planes como base de partida.

En sus orígenes se planteó entrar  en una parcela de mercado que no estuviera ocupada, por ello toma el camino de lo ecológico y lo gourmet, y la respuesta, después de casi catorce años de andadura, no puede ser más satisfactoria.

Alguien podría pensar que los buenos resultados económicos serían el motivo último que busca ésta lúcida empresaria, hada nada frágil que tras su feminidad muestra un puntillismo correcto porque todo esté a la altura de lo que va fraguando con el caminar, cuando en realidad se siente muy recompensada por el reconocimiento por parte del consumidor. La sencilla filosofía con que ha envuelto a su empresa, los zumos están hechos de frutas o vegetales, y hay que buscar los mejores para respetar las cualidades y beneficios saludables de cada uno, no parecen estar en venta. El sabor es la base. Y la ecología es una revolución que ha venido para quedarse, por ello aun trabajando con lo cercano, de la zanahoria morada al mejor tomate, de la naranja estacional al melocotón más sabroso, busca en la lejanía lo mejor de los trópicos.

Es muy crítica con aquellos empresarios del sector que partiendo de algo bueno quieren explotarlo desvirtuando la veracidad de los productos que ofrecen. Defiende el comercio no la industria, y se siente feliz en éste concepto de trueque que mantiene con algunos amigos con los que intercambia producto, como si una vuelta a esa poco agresiva economía fuera la piedra angular del cambio de mentalidad.



Ana María es también su equipo. Porque las piezas son las que componen el todo. Tenacidad, que rima con veracidad, pueden tener sabores naturales. Es sencillo, pero tremendamente honrado.

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