viernes, 31 de enero de 2014

NUTRIRSE BIEN COMO BASE DE FUTURO

GASTROGURÚ 19


ODILE FERNANDEZ MARTÍNEZ

MEDICO DE FAMILIA.
AUTORA DEL LIBRO“ALIMENTACIÓN ANTICANCER”

Fotografía: Antonio Juan Gras Alarcón





  
                               






Que hay palabras que trasmiten miedo y pavor generalizado no cabe ninguna duda. Y cáncer es un vocablo cavernoso que a su paso levanta silencios fríos.

Odile Fernández, médico de familia nacida en 1973, tomó la decisión de cambiar de hábitos dietéticos y de estilo de vida cuando meditó aquellas palabras que le notificaron un cáncer de ovarios, que aún después de ser extirpado, había hecho metástasis en vagina, pulmón y huesos.

Tras estudiar la alimentación de aquellos lugares donde la población ofrecía datos del menor número de enfermedades cancerígenas, decidió que la fusión del mediterráneo y oriente, sobre todo en su vertiente hindú y japonesa, serían el hilo de su futura condición de cocinar para tratar de frenar las células tumorales que una alimentación repleta de carnes rojas y procesadas, bollería industrial y bebidas saturadas de azúcar se encarga de fomentar la posible presencia del mal.

Además de haber conseguido frenarlo, Odile realizó el milagro de darle un hermanito, Iker, a Nacho, su primer hijo, y decide que su deber es hacer que los demás no se sientan solos a la hora de su lucha. Así toma la iniciativa de comenzar a escribir, para llevar esperanza a los demás y mostrar que apostando por una dieta cargada en fitoquímicos, casi una quimioterapia que nos envía la naturaleza ayudada por los colores de cada alimento, es posible encontrar aliados.

Empeñarse en buscar productos frescos, estacionales y procedentes de agricultura ecológica, volver a guisar con leguminosas, incorporar las especies no solo para tener resultamos más agradables, sino para aprovechar su gran carga curativa y que nos sirvan como sustituto de la sal. Odile tiene la convicción de que si se incorporara el estudio y explicación de la alimentación en nuestra época formativa mucho cambiarían los datos y encuestas sobre la enfermedad.

No estamos aún demasiado concienciados de lo importante que debe ser alimentarse de manera correcta. Tal vez se piense en lo perverso que es el tabaco, pero ni le prestamos la atención que debiéramos a realizar más ejercicio del que solemos hacer, a los problemas de obesidad infantil y adulta, o a plantear una vida elogiando más la lentitud, y alejarnos de una urgencia que nos lleva a utilizar demoledoramente el reloj como dios todopoderoso.

Comparte la tesis de Marieta Fernández, profesora de la asignatura de “alimentación y cáncer” en la Universidad de Granada: hay que tener toda la información que podamos, incorporar esa información a nuestra propia percepción, llevarla a cabo y mantenerla en nuestra cotidianidad.

Su propia experiencia le lleva a afirmar que para la lucha contra la enfermedad es mejor si la familia  está muy unida, que se implique totalmente, en dietas y estadíos, para hacer más llevadero el camino. Que son muchos los intereses económicos creados en seguir practicando una curación “ortodoxa”, donde la industria farmacéutica logra pingues beneficios, sin pensar que si nos detuviéramos en acercarnos a los productos que la cercana huerta nos ofrece, apoyaríamos una regeneración de lo natural, sostenible y ecológico. Además de apoyar una economía de lo cercano.



Odile cree en el futuro, escribe y cocina para que muchos de nosotros aprendamos a darle un valor casi vitalista a lo que consumimos. Porque somos lo que comemos. Y no cabe duda, es más saludable formar parte de la naturaleza que de la industria.









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