viernes, 25 de octubre de 2013

EL GLADIADOR SENCILLO

GASTROGURÚ 5

Cocinero propietario de Casa Alfonso. Entre Col y Col y La Barca



Fotografías: Antonio Juan Gras Alarcón







Si entendemos según la tradición latina que un gladiador es aquel que  batallaba con otro, o con una bestia, en los juegos públicos, podríamos decir, que Alfonso Egea es un gladiador  que a sus 57 años comienza a necesitar pensar más en sí mismo que en el público que ha visto como éste autodidacta consiguió en el 2005 una estrella Michelín que sigue manteniendo a día de hoy,  que abrió dos locales en Murcia,  y está dispuesto a recoger sus bártulos, darse un respiro y pasar página.






Pese a que han tardado más de siete incomprensibles años en llamarlo para que ofrezca sus conocimientos en el buque insignia de la formación hostelera murciana, y que él gentilmente ha declinado, éste hombre de pelo cano recogido en coleta, gesticulador a la manera mediterránea, generoso y dedicado en cuerpo y alma a la que es su profesión , siente que lo han querido y valorado más en las cercanas tierras alicantinas que en esa extinta huerta de Europa que gusta con demasiada frecuencia hacer ostentación de amiguismo más que ofrecer resultados equitativos.



A los trece años ya terminaba los guisos para que su madre comiera de cuchara cuando trabajaba en el campo. Y su aprendizaje se ha ido generando más gracias a la experiencia de los personajes que ha tenido cerca que de reputados maestros del sector. Pescadores que elaboran arroces, la memoria de lo cercano, o viajes hasta profesionales insignes para ampliar horizontes.









Pero Alfonso Egea es un trabajador de la sensatez y la lógica, humilde, que se escandaliza ante las enseñanzas que reciben los jóvenes cocineros, más atentos a los horarios, a los contratos, a las novedades técnicas, que a las bases que tiene un oficio al que hay que dedicarse con sacrificio. Y el sacrificio no se inculca, y piensa si no sería estimulante poner una asignatura que llevara  a quemarse las uñas con  legía a esos que a los pocos días de comenzar sus estudios compran aparatosos cuchillos y dicen querer crear, cuando su método y experiencia le lleva a decir que solo son capaces de crear unos pocos, porque combinar no es crear. Y que no se puede pretender ser un funcionario del fogón con contadísimas horas de trabajo.

La cocina comienza en el mercado.  Para Alfonso Egea, que adora los productos marinos, el ser cocinero es un estilo de vida, y su intención siempre ha sido la de alimentar a le gente de sabores reconocibles.

A desarrollado  una vida laboral donde ha hecho lo que ha querido pero de manera elegante, sincera y muy respetuosa con el producto cercano, y siente que estos momentos ingratos le desilusionan y le abren los ojos para hacerse nómada, y continuar su vida dedicándose, por un tiempo, a otras facetas.


Mantiene imperturbable la sonrisa, pero en sus ojos a aparecido un
a flecha de cristal fría. Con más de 44 años dedicados al mundo de la gastronomía Alfonso Egea es un gladiador que quiere descansar en la contemplación del arte, en ver crecer a sus  dos hijos, y  transformar delicadamente los alimentos cuando a él le apetezca. La suite Coppelia de Delibes es la banda sonora de éste hombre íntegro.


viernes, 18 de octubre de 2013

MODERNIDAD BEBIBLE

GASTROGURÚ 4

ELISA MARTÍNEZ NAVARRO








Quien pretenda creer que hay mundos cerrados en los que solo se puede entrar dependiendo del sexo, o de la ideología de sus habitantes, se equivoca abiertamente.
Puede ser que durante muchos años el mundo del vino haya estado más cerca de las manos del hombre que de la sensibilidad y profesionalidad de la mujer, pero ahora han entrado de lleno, no como paso fugaz, sino para quedarse y hacerlo más amplio dándole nuevos horizontes. Lo femenino es una parcela que enriquece al ser humano, y por lo tanto a la enología.
Elisa Martínez hace vino no por haber nacido en Jumilla. Aunque ayuda haber estudiado hasta convertirse en una magnífica técnica enóloga, trabajar durante muchos años con bodegas de la zona y otras que tienen viñas en otros lugares. Para hacer un vino personal hay que haber meditado lo aprendido durante años, poner en práctica las creencias que uno ha llegado a construirse, y llegar a buscar el terreno y las uvas que más nos gusten, seguir su desarrollo conforme las estaciones avanzas, cuidar su llegada a la bodega y allí aplicar las metodologías necesarias y la experiencia para que lo que se produzca sea diferente hasta lo que había hasta el momento.





EVOL es el vino que Elisa ha embotellado. Evol de evolución. Un monastrell procedente de las cepas de pie franco que hay  las parcelas del Paraje de los Clérigos, a 750 metros de altura. Del que ha embotellado 6.000 botellas de una experiencia que ayudará a hacer más internacional y profunda la visión que el mundo tiene sobre la D.O Jumilla. Porque Elisa, que ama el trabajo manual que encierra su profesión, acercando de esa manera el interior único del hacedor de vinos hasta quien abre, bebe y paladea bebida, sabe que el vino es un arma de seducción. Y en sus botellas encierra el carácter de una tierra muy concreta, la armonía necesaria de lo hecho a la perfección  para disfrutar de una experiencia única. La sencillez que otorga lo cercano, y la potencia que recluye la verdad. Evol es muestra de la personalidad amigable y sensitiva de su creadora.
Volver al vino es acercarse y ahondar en la tradición para hacerla perdurable y más amplia. Es la historia que se escribe con hojas de parra que cambian de color. Es afianzar el pasado.
Frente a quien se deja envolver con cantos de sirena de arrancar viñas, donde está tatuado el gen de nuestros ancestros, a cambio sencillamente de dinero, hacer vino es confirmar lo que fuimos, valorar el sacrificio de perdurar, arriesgar el futuro. Es una manera de ahondar en una de esas piernas  de la trilogía de nuestra memoria gustativa, donde olivo, almendra y vid, se dan la mano.
La enóloga Elisa Martínez puede hablar de modernidad porque conoce y respeta la tradición. Y se desenvuelve con pausa en el complicado negocio del vino con una sonrisa y un sentimiento de trabajo bien hecho que saborea con los resultados de su primer trabajo en solitario. Desde los honores que va recibiendo hasta lo que sencillamente se acercan hasta ella para felicitarla por ofrecer otro rostro más de los que tiene ese mundo que se llama Jumilla. Es parte del futuro que ya se hace tangible. En este caso, además, bebible.

viernes, 11 de octubre de 2013

La suculencia saludable

GASTROGURÚ 3

Cayetano Gómez

Jefe de cocina de Casablanca y El Bistró de Casablanca








                      
Los caminos de la cocina trazan senderos por los que se avanza de manera imparable, si la decisión en perseverar en el aprendizaje es la que guía al caminante.






Cayetano Gómez comenzó en la hostelería en la parte de sala. Y hasta que se enfrentó al riesgo de atender una partida pasaron años. Pero una fidelidad extraordinaria hace que permanezca en aquél local donde comenzó haciéndose cargo de las brasas, de limpiar bandejas y de hacer recados.










Quien le dio la responsabilidad de remplazar al jubilado maestro de cocina hoy sigue teniendo toda la confiaqnza en un cocinero que ha tenido un deseo absoluto por aprender, y ha caminado con paso tan firme que ha llegado a ganar uno de los trofeos más preciados que hay en la cocina española, no sólo por cocinar a la perfección, sino por prestarle atención a unos vinos como los del marcos e Jerez.






El autodidacta que se daba cuenta que no conseguía redondear las recetas que estudiaba en libros y revistas va dándose cuenta que la gran cocina comienza con los caldos y las salsas, y su primer atrevimiento es pensar en la salud de los 70.000 cubiertos anuales que en ese momento da el restaurante donde cocina. Y trata de que las digestiones no sean pesadas. Comienza un viaje por lo inmediato, por olvidar la oxidación, por dejar de lado las piezas recalentadas, por evitar las grasas, pero a la vez por valorar las mejores grasas, el aceite de oliva , para que sirvan de base emulsionadora a los jugos que va haciendo con los mejores productos que trata de encontrar.





Mirar a los grandes es querer poner en practica en nuestra cotidianidad los mejores argumentos. Por eso trata de seguir al francés Michel Bras y se lanza hacia una cocina sutil, donde el territorio es la seña, hacia el producto natural y ecológico, para mostrar el respeto que hay que tenerle a la tierra, y busca, obstinadamente, la perfección técnica para evitar lo innecesario en el plato.
Empeñado en aprender cualquiera de las partes que toca la gastronomía entra en el mundo de la mano de Blas Cerón, o busca el tutelaje de Ricard Camarena como seña de una mediterraneidad culinaria tradicional a la vez que actual.

Con Pablo Gozález 



Por ello no entiende un plato sin la compañía del vino, porque el vino sólo hace sumar para que el resultado sea el más redondo y satisfactorio posible.
Practicante convencido del Yoga, Cayetano Gómez lucha por que sus colaboradores sean felices dentro del maremágnum de tensiones que supone la hostelería.


Con Nuno mendes y su jefe de cocina









Su cocina muestra abiertamente la personalidad de este fortunero que se compró hace años una cueva para sentir más íntimamente a la madre tierra por la que tanto respeto siente. Localista, feliz, comprometida. Y muy agradecida con quien le proporciona las materias prima con las que componer un canto a la vida sincero, moderado, donde cada cosa debe de saber a lo que es. 






sábado, 5 de octubre de 2013

TRADICIÓN SINCERA Y NOVEDOSA

GASTROGURÚ

NACHO ABELLÁN

JEFE DE COCINA DE HISPANO



Nacho Abellán y su hermana Lola



Las elecciones de nuestro destino, en la vida, a veces aparecen de la manera más casual.



Cuando Joaquín Abellán, segunda generación de hosteleros y  ya asentado con su Hispano de  la calle Arquitecto Cerdá, siendo el tercer cambio de ubicación de la empresa, decide que su hijo Nacho, el menor de cinco hermanos, le ayudara en el restaurante, lo coloca en la dificilísima posición de “cantar las notas de cocina”. Algo así como un Iniesta de la cocina, que va dando juego para que las mesas que esperan tengan un orden sensato y puedan recibir los triunfos culinarios en el momento preciso. Todo un orquestador implacable y poderoso.



Nacho junto a sus hermana Rocío y su hermano Balta



Nacho ha ido trabajando con la empresa familiar días festivos, meses estivales, y cuando se le oye hablar de ese tiempo de infancia, lo hace con tal agrado que me sorprende. Jugó con sus hermanos, también implicados en otras áreas del negocio,  y ahora juega con sus hijos, dedicándoles todo el tiempo que le deja ésta extraña y adictiva profesión que es la hostelería.








Pero que nadie piense que un cocinero no es un hombre formado. Nacho hizo Cou en Estados Unidos, y luego estudió económicas por el empeño materno. Pero se decantó por quedarse en el puesto que el gran Joaquín visionó para él. Y fue aprendiendo y sintiendo orgullo de ser parte de una saga, viviendo las entrañas, duras a ratos, festivas en otras, de una hostelería clásica, donde el cliente es un amigo, al que sobre todas las cosas hay que hacer feliz cuando decide visitarnos, al que no hay que molestarle hablando de lo mal que está la situación, hay que divertir para que disfrute en su estancia y nunca nunca desilusionar.




Salón del  Hispano Nueva tradición


Nacho habla pausadamente de la disciplina, de la dureza del trabajo, de la comprensión de las parejas de los que habitan este mundo que ahora sufre pero que no ceja en ofrecer un servicio social liberador y brillante. Ha ido aprendiendo lo que significa dirigir algo que no se pone en marcha por sí solo. Que hay que ir ampliando conocimientos para que pueda seguir estando a flote. Y habla con cariño de las enseñanzas que tuvo en casa del gran Salvador Gallego, o de ese mago elegante que es Alfonso Egea, o de los cursos a los que asiste, como el que disfrutó hace apenas unas fechas con Quique Dacosta.



Atún con salsa de mostaza y aceite


Se obsesiona por hacer la compra todos los días, por ampliar el espectro de nuestra gastronomía sápida, y habla del atún, de los níscalos o de la perdiz como integrantes no demasiado visibles de nuestra cotidianidad gastronómica, a los que hay que tratar con rigor y eficacia. O del sofrito como un aroma emblemático de nuestro ser mediterráneo.



Nacho Abellán trabaja para que la tradición sea tan valorada como la mayor novedad, porque la emoción también se encuentra en la clasicidad. Y éste hombre afable se esmera en que los clientes que llegan hasta su casa, más que preocuparse por el precio que van a pagar, sientan que son queridos, tratados de manera inteligente y perciban que la tradición puede ser un reposo frente a los días agitados que vivimos.



jueves, 3 de octubre de 2013

EVOL 2012. LA EVOLUCIÓN EN FEMENINO

365 VINOS VALIENTES. 1





1


La observación es la capacidad que pueden tener quienes entregan sus sentidos para la mejor comprensión de lo que le rodea.







Elisa Martínez, enóloga, apoyándose en la Bodega Alceño, Jumilla, ha sido capaz de filtrar la información recibida como parte de su aprendizaje y desatar la reflexión para situarse en el camino que guía al certero universo de conceptos que serán fundamentales en la viticultura de nuestra zona, y nos ha proporcionado, a los consumidores que amamos el mundo del vino, lo que no me cabe ninguna duda que será una referencia fundamental como la vía para situar, a los vinos de Jumilla, en un lugar más aceptado, querido y alabado por el público mundial.

La evolución comienza cuidando los detalles desde la tierra. Los Parajes de los Clérigos  dotan a las viñas  de pie franco de Monastrell, (“vides con su pie original, prefiloxérico”) de un sabroso peso frutal impresionante.  El cuidado tratamiento de la uva, con una atención que lleva a la constante cata de la maduración del fruto, para poder encontrar el punto concreto que busca su creadora. Y una técnica final puesta al servicio del  sabor autóctono de una Monastrell que perdura y dota de una seriedad que hacen de Evol un vino para dejar que vaya ofreciendo en la copa un viaje  a través de los sabores que contiene.

A veces empleamos el término de” vino de meditación” para vinos que nos acompañan largamente a la hora de su disfrute. Porque su complejidad y vida  hacen transportar nuestro pensamiento hacia emociones amplias. Evol tiene la capacidad de transformarse durante el tiempo que está en nuestra copa.
En estos tiempos en que la frivolidad parece empeñada en ocupar demasiadas partes de nuestra vida, está bien que nos encontremos con discursos que evitan ésta posibilidad. No es que debemos de vestirnos de tragedia para acercarnos a Evol, pero sí de atención, porque en su interior hay un mundo que merece ser disfrutado. Trae la expresión de una tierra  y una variedad con un potencial sápido pocas veces ofrecido tan a las claras.

No duden en buscar éste vino, en el segmento de precio de menos de 10€.  Hagan por encontrar un momento en que sus sentidos estén muy despiertos y traten de darle al vino lo que su autora nos ha regalado: conciencia. Para poder así sentir que el trabajo bien hecho dignifica al lugar donde viene hecho. Que la cercanía también tiene la capacidad de la grandeza y el entusiasmo. Y que la preparación intelectual, si se mantiene, en éste caso enológica, nos hará mucho más libres y alejara ataduras que parecían anclarnos en una igualdad  anciana donde la Monastrell sufría por un maltrato y unas concepciones, más que equivocadas, viejunas.

Evol crecerá aún más en botella para afinar el compendio de sensatez que lleva dentro. Por eso es bueno que la beban ahora, y vuelvan a beberla en unos cuantos meses. Y poder así comprobar que la evolución es perdurable en el tiempo.
Evol 2012. 

D.O Jumilla
Precio en Bodega: Menos de 10 €
Uva Monastrell.




sábado, 28 de septiembre de 2013

Murcianeando la vida

                                  GASTROGURÚS IIª temporada

                                         Freddy Salmerón

                      Jefe de cocina del Restaurante El Estudio de Ana





Con nueve años Freddy Salmerón, venezolano de familia media y huérfano de padre desde los cinco, tuvo la clarividencia de descubrir que al realizar un trabajo, y ser recompensado por ello, la cocina podría ser una fuente de alegrías que le ayudara a cubrir la faceta de poder pagarse sus caprichos.





Entre aquél niño que pelaba patatas para ayudar a su madre y el hombre que dirige las cocinas de un restaurante que da más de diecinueve mil cubiertos en banquetes, sigue habitándolo un ser cordial pero no exento de evitar enfrenamientos, amigo de salir en fotografías que gusta colgar en redes sociales  mostrando buen humor y compañerismo que reina en su cocina. Un hombre que está camino de convertirse, cuando Diciembre llegue, en padre por primera vez de un niño al que llamará Mateo, que gusta de continuar aprendiendo nuevas parcelas de su profesión para afianzar sus conocimientos y para ello es capaz de aprovechar sus vacaciones y pasar un tiempo de su descanso entre fogones ajenos, este año con el tri estrellado Quique Dacosta. Y que se siente muy agradecido con una ciudad que sin ser la suya le ha abierto las puertas y le ha permitido exponer sus ideas mediante un trabajo en el que la evolución y la tenacidad le llevan a construir un mundo

sápido cuidado, que tiene como fin el agradar y sorprender a quien se acerca hasta su hermosa casa, que en tan solo tres años ha conseguido afianzarse con una clientela que cada vez le exige mayores parcelas de placer.



Freddy, durante la conversación que mantenemos mientras suena música clásica, (su mujer es una apreciada contrabajista venezolana), se nombra un par de veces como un cocinero egoísta, “porque he tenido que ocuparme de mí”, sin darse cuenta, quizá, que más que sentir un “inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás”, lo que percibo es que ha tenido que ir haciéndose solo frente a un mundo que casi siempre es más voraz de lo que deseáramos. Porque quien fuera un peleón, y la oveja negra de una familia que no lo veía como cocinero, hoy trata con delicadeza a su equipo, y a los que trabajan a su lado, porque los considera parte fundamental en el desarrollo de su felicidad y éxito. Y le gustaría que los compañeros de profesión tuvieran una cordialidad que le rechina.





“La crisis nos ha hecho más selectivos a la hora de elegir” argumenta quien busca la excelencia no sólo de las materias primas con las que trabaja, sino en todas las parcelas en las que interviene profesionalmente.




Considera que en la cocina no hay errores y que siendo exigentes podremos aprender de los demás, “porque nos debemos a ellos”.
Podría afirmar que Freddy es un cocinero que vive por y para la cocina, que tiene buen oído con las cosas que se le dicen, y con las que oye. Y como persona que depende de él mismo para su salvación, con un alto poder de memoria para no olvidar lo que los otros dicen, ese espejo al que debemos de enfrentarnos nos guste o no.

Le gusta tanto integrarse que utiliza una expresión inventada cuando ofrece sus andanzas en las redes sociales, “murcianeando”.




Todos buscamos quien nos quiera. Y Freddy ha elegido una tierra para que le cobije. Y en el camino no vence quien más camina, sino quien se conserva caminando durante más tiempo. Y las ansias de Freddy son las de permanecer. Porque es, antes que nada, un ser agradecido.




miércoles, 25 de septiembre de 2013

Cheese 2013. El queso como paradigma de calidad.

Las hermosas tierras del Piamone y sus viñas de Dolceto en Montelupo Albese




Durante cuatro días, del 20 al 23 de Septiembre, y cada dos años, la población  de Bra celebra tal vez el festival dedicado al queso con más enjundia del planeta. Enclavada en la privilegiada zona del Piamonte italiano, donde se producen algunos de los vinos más exclusivos,  Barolos,  Dolcetos d´Alba,  Nebiolos, los Barbera, donde ser recoge  el apreciadísimo “ tartufo” blanco de Alba, donde se cría el Moscato que da satisfacción universal a la zona de Asti, donde una singular cultura láctea de peso, proveniente de las cabañas de vacuno, bovino y caprino, llega a afinar uno de los quesos más apreciados y consumidos del planeta, el parmiggiano,  reúne durante el largo fin de semana profesionales, comerciantes, consumidores y amantes de una cultura gastronómica que ha conseguido, gracias Slow Food, y la invención de un filósofo luchador del sentido de lo peculiar, como es Carlos Petrini, reactivar económicamente una zona que se mueve entre dos eventos que quieren salvaguardar los tesoros del planeta: El festival Terra Madre  y éste avasallador festival del queso, que intercalándose anualmente, exportan al mundo el orgullo del Piamonte.


Carlo Petrini en su charla del lunes 23


Bra es una ciudad de un equilibrio extraordinario. Se recorre caminando, muestra  gusto por la conservación y en los escaparates de sus tiendas, estos días, hay una clarísima referencia a distintas piezas de queso.
Desde bien entrado la mañana, la gente se agolpa para las degustaciones de expositores provenientes de los lugares más dispares del mundo: de Polonia a Sudáfrica, desde Inglaterra, hasta España y el grupo de queseros que han reunido bajo el símobolo del camino de Sangiago, de Kenia a Estados Unidos, pasando por Francia, Portugal, Suecia o la numerosa presencia italina. Quesos de pequeño y gran formato, quesos de un solo tipo de leche, o de mezcla, con hierbas, especias, con mayor o menor grado de curación.



Quesos del Arca de los sabores

Pero además, y al estar aparado por Slow Food, el arca del gusto, la recolección de productos de una calidad sin paliativos, ofrece la posibilidad de hacer un recorrido por una despensa que emociona y nos obliga a la reflexión. Por su variedad, el logro en la conservación, y el deseo de hacerla fuerte dándola a conocer.
Decenas de actividades para la formación de los más pequeños o los más grandes, y una implicación de la población que acoge el evento que merece ser alabada.



Las animadas calles de Bra, que han recibido más de 200.000 visitantes


Con organización casi militar se suceden las distintas actividades que van desde las catas a conferencias, desde cafés literarios a acciones musicales. Pero el queso, la gran estrella, se ve acompañada por otros productos que están sufriendo una efervescencia de crecimientos mundial, como el caso de la cerveza, en sus centenares de variedades y proveniente de las mezclas más dispares, como la calabaza o la marihuana.

Mggnífica organización por parte de Solw food

Catas didácticas de prestigiosos afinadores, profesión que la cercana Universidad del Gusto apuesta por ella y el año próximo lanzará estudios para poder tener reconocimientos académicos. La cultura del queso avanza con paso firme. Y técnicos españoles, como Jose Luis Martín, de Madrid o Isidro Jimenez, de las Islas Canarias, o comerciantes murcianos, como Alberto Hernández, de la Lechera de Burdeos, que comienza a tener un reconocimiento por su interesantísima línea comercial, visitan la feria para poder ampliar sus conocimientos y poder estar a la última en un mercado gastronómico que cada vez amplía más sus seguidores.



Éste año un grupo de 18 productores españoles, provenientes de canarias o de Andalucía y otras zonas españolas,  ha visitado Bra para poder acceder a quesería y ampliar sus miras  a lo largo de la frenética actividad que les lleva a ponerse en contacto con otros productores, otras técnicas y nuevas formas de comercialización, que sólo pueden dar buenos resultados para una industria que se va abriendo, cautelosamente al mundo, ampliando sus ventas en mercados normalmente dedicados a los grandes clásicos, como son el francés o el italiano.


José Luis Martín y Alberto Hernández junto a parte de los expositores españoles



Así quesos asturianos, o payoyos o canarios, tratan  de hacerse visible compaginando la creación de productos de leche cruda, buscando presentaciones que hasta ahora no existían, y sobre todo, mejorando técnicamente, para convertirse en actores en tablas, queserías o gustos del diverso panorama mundial.



Sabrosos quesos suizos de la mano de pequeños productores

Bra es la feria de la artesanía, de la lucha por evidenciar que la “leche cruda” es uno de los caminos en el amplio camino del mundo quesero que mayor calidad va a producir. Y que con más ahínco busca el cliente. Que aquí en Bra viene, prueba y compra. Haciendo que la participación para los feriantes resulte muy atractiva.



Presencia de alguno de los mejores afinadores franceses



Cuatro días donde Slow Food, que en palabras del propio Petrini “ son los productores  una de las fuerzas más importantes de un país como Italia”, hace que éstos se sientan protagonistas de una activa revolución para transformar el alimento en un elemento digno, valorado y que haga sostenible la gastronomía mundial.


Los hijos de los productores de Comté muy atentos a todo lo que sucede en la feria


La Feria de Bra es un ejemplo de como una pequeña propuesta que partió hace nueve ediciones con apenas 20 productores, hoy tenga más de 200 queseros provenientes de todo el mundo, amén de atraer a otros sectores que aquí tienen su escaparate para demostrar que la gastronomía, tratada con gran sensatez y arrojo, puede exponerse de una manera educativa, que divierta y sea económicamente muy rentable para aquellos lugares que quieren ofrecerse a apoyarla.









Cheese 2013 ha supuesto un nuevo record por el número de visitantes que ha tenido, por el número de ventas realizadas, por el número de contactos que se han podido hacer, haciendo evidencia que la gastronomía, tratada como fuerza de futuro, siempre será bien recibida.




Amplio muestrario de quesos italianos en la el Stand de Gufalino





Podrán llegar las discusiones de si la leche cruda debe ser el único camino a seguir, si hay pasteurizaciones débiles que puedan dar quesos de semejante cualidad. Pueden haber muchos aspectos para la confrontación, pero sin duda alguna, es en el diálogo, y en el contraponer ideas, donde el futuro saldrá reforzado. Y Bra es el claro ejemplo de como una tendencia puede calar, crear moda y ser tendencia mundial. Al menos durante cuatro días el Piamonte ha recibido a con productores , a los afinadores, y a aquella élite que mueve el mundo del queso y que busca una excelencia a la que muchas veces no estamos acostumbrados. Y desde luego, estamos muy desinformados.


Stand de la firma española Poncelet