lunes, 7 de julio de 2014

Buenas compañías

60 vinos de Monastrell FEI
(Fundamentales, emocionantes e imprescindible)

Vedre 2011
Bodegas Carchelo
D.O Jumilla
Precio Aproximado:
Monastrell 50%
Syrah 25%
Tempranillo 25%













Hay vinos que parecen formar parte de la colección de obras que su autor, llámese enólogo, bodeguero consultor o asesor, trata de construir alrededor de una idea, terruño, o concepto que quiere sacar adelante. En el caso de Vedre 2011 se encontramos un vino que se ha elaborado para dedicárselo mayoritariamente al mercado del norte de Europa, en concreto para los bebedores suecos, para que aprecien la Monastrell pero acompañada de dos uvas que en el sureste murciano han ido haciendo mucho para que la uva principal se apoye en actores secundarios de reconocido prestigio y con cualidades que permitirán ampliar sus fortalezas. Pero además se ha querido hacer un traje a medida. Un vino que busca los parámetros gustativos que produce un clima y los hábitos que estos lugares han dado a sus habitantes.

Joaquín Gálvez Bauzá, asesor en Viticultura y Enología, Profesor de Cata, Elaborador de vino y últimamente presentador de un interesantísimo programa televisivo sobre el mundo del vino, “Winenam”, lleva años perfilando el crecimiento de la bodega Carchelo para convertirla en un referente dentro de la D.O Jumilla, y ha creado una buena y asentada variedad de vinos donde la Monastrell muestra su potencial en colaboración con uvas, generalmente de ciclo largo, muy bien adaptadas a las características de terreno y climatología del sureste.

La personalidad de Vedre se hace patente desde el momento en que miramos en la copa a éste coupage donde el sur, personificada en la Monastrell, se ve acompañada por la Syrah, que nos otorga amabilidad y sabrosura, aromas profundos a frutas silvestres y a violetas, y la Tempranillo, que va  ayudar a que su maduración y crecimiento tome prestancia, amén de aportar  color intenso y estable, desde púrpura a granate. Dando aromas a frutos del bosque en especial frambuesa y fresa.

Profundidad y viveza. Caracteres que unidos a los catorce meses que el vino ha pasado por madera van a darnos un tinto con estructura y de refinado final, que lo convierten en un ser goloso, ideal para momentos donde el frío puede comenzar a dejarse sentir. Y que si en nuestras geografías podrían inducirnos a meses más otoño invernales, en las zonas a las que va dirigido es agradable de tomar en cualquier estación del año.

Gracias a su paso por  madera la confluencia de aromas de frutos rojos o higos, se unen a un voluptuoso tono de licor café, confiriendo un espíritu sereno que en ningún momento llegan a eclipsar la madurez de su fruta.


Vedre 2011 va mantenerse perfectamente durante mucho tiempo en botella, creciendo, capaz de mostrar las posibilidades de un territorio donde el clima hace que estas maduraciones solares provenientes de las altas temperaturas de la zona,  y con una agricultura activa e inteligente que no deja que se sobre madure el fruto, pueden llegar a ofrecer vinos que transiten con ligereza el paso del tiempo. 

Regalando espectáculo si somos pacientes y podemos mantener a buen recaudo las producciones que ahora compramos.

Carchelo, de la mano de Joaquín Gálvez, ha conseguido asentar una filosofía de vinos sabrosos, con estructuras serias y complejas. Etiquetas elegantes, botellas de peso que dan al vino altura y prestancia.


Un trabajo que hay que seguir año a año, viendo no solo las aportaciones que las nuevas añadas nos ofrecen, sino viendo como el constante trabajo de campo va ofreciendo nuevas y singulares propuestas que ayudan al crecimiento de una uva que  si sola muestra una cara, en compañía ofrece posibilidades, por climatología y terreno, pocas veces hechas futuro. 

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