60 vinos de Monastrell FEI
(Fundamentales, Emocionantes e Imprescindible)
Raza
Bodegas Hacienda del Carche
D.O Jumilla
Precio aproximado: 11,20€
Monastrell: 70%
Cabernet Sauvignon: 30%
Cuando emprendemos el viaje para llegar a conocer más aspectos de un tipo de uva determinada,
como en este caso los de la Monastrell, debemos de tener en cuenta alguna de
sus características más notables dentro de su variopinta personalidad. Hoy me refiero al hecho de la graduación
alcohólica que en el caso de la Monastrell siempre ha sido motivo de lucha y de
enfrentamiento entre bodegueros y ciertos mercados. Pues durante algunos años
se pensaba que ese grado alcohólico era el que buscaba el mercado, el que
convenía para la venta de vinos a granel y el que evidenciaba la auténtica
personalidad de un vino tan solar. Por fortuna todo ello se está transformando
y ahora ésta vertiente solo es parte de una historia, no la historia completa,
que cada bodeguero la utiliza o no, según sean sus intereses y deseos para con
su producto,
Para que la Monastrell exprese su pleno potencial
varietal necesita una graduación mínima a partir de los 13/13,5 grados. De ahí
en adelante puede llegar hasta a
alcanzar quince o diecisiete grados, eso no querrá decir que debamos
enfrentarnos a vinos absolutamente alcohólicos. La labor del bodeguero tendrá
que conseguir que ese grado esté tan bien integrado, que no sobresalga y sea la
primera impresión que recibe quien se acerque a beber su producto. Su máximo
potencial enológico lo encuentra en caso de vendimias bien maduras y en años
muy calurosos.
Hacienda del Carche 2010 está hecho a partir de uvas de
mayor maduración fenólica, y proveniente de cepas viejas, bien gestionadas, y
cuenta con 12 meses de reposo en barricas de roble francés nuevas. Es un vino
que refleja muy bien el concepto de un alcohol que podría parecernos alto, pues
tiene 15º, pero que sin embargo compone un equilibrado y complejo juego donde
nunca sobresale el alcohol como elemento que pueda desvirtuar la personalidad
de un vino clásico, pero con tendencias a mostrar que los viejos espíritus
pueden ser adoptados a los nuevos tiempos sin perder un ápice de su verdadero
ser.
El juego de la Monastrell y la Cabernet es una propuesta
que ha resultado muy aplaudida y de notables resultado en otras bodegas. La
Cabernet ayuda aún más al desarrollo en botella de la Monastrell, y en la copa
muestra un vino de capa, color, muy cubierto, donde el rojo picota logra dejar
matices violáceos. Quizá la parte más interesante de su nariz es cuando nos
muestra sus singularidades minerales, lo que nos acerca a una tierra profunda y de
potente complejidad, lo que hará que en boca, esas características sigan
apareciendo con un estructura elegante, una acidez muy bien integrada y un paso
por boca que nos haga salivar.
Recuerdos acompotados, especias, mentolados y balsámicos
nos llenan el paladar. Con lo que podremos disfrutar de un vino al que hay que
prestarle atención porque no nos va a dejar indiferente, y conforme lo
mantengamos en la copa, y vayamos jugando con él, dándole posibilidades de que
se abra más y muestre sus muchas capacidades, iremos comprobando que muestra
largamente las cualidades y posibilidades que tiene este entorno.
No deberíamos caer en el juego de aun bebiendo vinos de
la misma D.O, pensar que vamos a tener siempre los mismos resultados. Pues
Hacienda del Carche tiene una orografía de terrenos, una altura, y unas
connotaciones geográfico/ambientales características, lo que nos debe a llevar
a buscar en cada vino no semejanzas, sino peculiaridades únicas.
La magnífica relación calidad precio deben de ser un
factor que juega en su ventaja para tenerlo cerca.
¿Hasta cuándo el consumidor español va a tragarse esta sarta de mentiras y gilipolleces?
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