domingo, 4 de agosto de 2013

31. El Mal y el bien en una fati Siria



                                                     Mapa de Siria




-        No sé si recuerda señor Azafrán, aquella leyenda budista donde la Naja Siamensis, la cobra escupidora más peligrosa, protegió a Buda con su cuerpo mientras este se encontraba meditando, y una terrible tormenta asolaba el bosque donde se hallaba el santo.

-        ¿No sé a cuento de qué vienen esas palabras, más cuando hoy nuestro viaje llega a Siria?

-        El mal, señor Azafrán lo encarna la dinastía Asad, que cuida con mano incomprensiblemente dura de su pueblo. Un dictador que ha logrado engañar a Europa con su apariencia de manso. Y el pueblo Sirio, que tanto aprendió a amar las berenjenas turcas, la cocina egipcia o el sabor del mediterráneo, ha tenido que ir huyendo de la quema. Por ello le he preparado hoy este Fati, donde las berenjenas se abren y vacían por arriba, para freír perfectamente, y rellenar luego de cualquier carne, pero que lleve una buena carga de piñones y muchas especias. Y a la que he añadido un buen chorro de Oloroso de Maestro Sierra.

Fati


-        Usted siempre fusionando civilizaciones.

-        Pero no crea que aquí termina la gloria. Sofreiremos unos ajos y una buena salsa de tomate, donde dejaremos que reposen las berenjenas bien cerradas durante unas cuatro o cinco canciones de
Asmahan, esa cantante siria años treinta que parece una cupletista.

                                                      Asmanaha

-        Me faltaba la nota cultural.

-        Pero aún no hemos terminado. Un par de panecillos fritos, un poco de perejil, mojamos con la salsa de las berenjenas y cubrimos con un poco de yogur y crema sésamo. Y encima las sabrosas solanáceas.

-        Abra vino, que éste plato es otra genialidad mediterránea.


2 comentarios:

  1. No es un simple plato. Es un platazo y, ¡qué sabroso y tentador!

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  2. Las cosas sencillas siempre encierran grandes misterios

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