Mapa de Siria
- No
sé si recuerda señor Azafrán, aquella leyenda budista donde la Naja Siamensis,
la cobra escupidora más peligrosa, protegió a Buda con su cuerpo mientras este
se encontraba meditando, y una terrible tormenta asolaba el bosque donde se
hallaba el santo.
- ¿No
sé a cuento de qué vienen esas palabras, más cuando hoy nuestro viaje llega a
Siria?
- El
mal, señor Azafrán lo encarna la dinastía Asad, que cuida con mano
incomprensiblemente dura de su pueblo. Un dictador que ha logrado engañar a
Europa con su apariencia de manso. Y el pueblo Sirio, que tanto aprendió a amar
las berenjenas turcas, la cocina egipcia o el sabor del mediterráneo, ha tenido
que ir huyendo de la quema. Por ello le he preparado hoy este Fati, donde las
berenjenas se abren y vacían por arriba, para freír perfectamente, y rellenar
luego de cualquier carne, pero que lleve una buena carga de piñones y muchas
especias. Y a la que he añadido un buen chorro de Oloroso de Maestro Sierra.
Fati
- Usted
siempre fusionando civilizaciones.
- Pero
no crea que aquí termina la gloria. Sofreiremos unos ajos y una buena salsa de
tomate, donde dejaremos que reposen las berenjenas bien cerradas durante unas
cuatro o cinco canciones de
Asmahan, esa cantante siria años treinta que parece una cupletista.
Asmahan, esa cantante siria años treinta que parece una cupletista.
Asmanaha
- Me
faltaba la nota cultural.
- Pero
aún no hemos terminado. Un par de panecillos fritos, un poco de perejil,
mojamos con la salsa de las berenjenas y cubrimos con un poco de yogur y crema
sésamo. Y encima las sabrosas solanáceas.
- Abra
vino, que éste plato es otra genialidad mediterránea.
No es un simple plato. Es un platazo y, ¡qué sabroso y tentador!
ResponderEliminarLas cosas sencillas siempre encierran grandes misterios
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