Mapa de Paquistán
Al entrar en casa, Azafrán huele el seductor
aroma del incienso y almizcle que compró en Sevilla, junto a la Iglesia del
Salvador, cuando compartió unas navidades con el Alcalde en funciones de la ciudad, Santiago Torres.
En la mesa principal del comedor una colección de
platos preparados le da la bienvenida.
Cardamomo medita al son de una hermosísima
melodía que canta
Nusrat Fateh Ali Khan, y que utilizó Martin Scorsesse para aquella enigmática película que tanto le gusta a ambos: “La última tentación de Cristo”.
Nusrat Fateh Ali Khan
- Le
he preparado un , esa especie de brunch paquistaní , dice con voz lenta y
profunda el orondo cartagenero, que podría ser un símil del cantante paquistaní
que hizo que la música sufí, y su instrumento, el Qawwali, se populariza en el
mundo occidental.
Nāshtā
- Quien
escucha a Nusrat se hace mejor persona. Insiste el cocinero que envuelto en
humos asemeja la roca de hielo que hundió al Titanic.
Sobre la mesa humea el té, diversos panes,
paratha y sheermal recién hechos, reciben algún revuelto de huevo. Hay yogur,
una brocheta de carne que llamaremos queema, diversas piezas de fruta de la que
sobresale una pieza de mango, unas shami
kababs con carne de pollo, lentejas amarillas e infinidad de especies. Leche y
miel, mantequilla, mermeladas y muchos tipos de frutas secas. Ha tenido la
precaución de no guisar nihari, un guisote que hacen en Karachi con carne de
vaca y sesos y médula.
- No
crea señor Azafrán que ocurre nada en particular. Hay días en que la
espiritualidad me invade. Y como para reafirmar sus palabras, al levantarse,
deja escapar un sonoro cuesco.
Parece tentadora la comida paquistaní. Un gran saludo para todos.
ResponderEliminarTodas las comidas son tentadores si se preparan con esmero. Y estos canallas ponen mucho empeño en lo que hacen. Para ello dedican mucho de su tiempo a estudiar, y luego disfrutar. ¿o será disfrutar porque tienen que estudiar, que no me aclaro?
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