Dos elementos, la carne de vacuno y el arenque, son los principales
elementos para este simpático sándwich danés a la que le falta siempre la parte
de arriba.
Pan de centeno y mantequilla. Y como por arte de magia el incansable
Cardamomo, comienza su montaje del Smorrebrod fusionado.
- El Pan se lo he comprado a mis amigos de la Subirana. Dice quién con
cuchillo de sierra trocéa el pan y va colocando mantequilla con generosidad tal
que Azafrán lo mira de reojo, por si el Bate estuviera pensando más en el Tango
de Bertolucci que en alegrar el almuerzo veraniego.
- Unas anchoas
saladas, desaladas, una cebolla ahumada, algo de remolacha, un poco de queso
fresco, unas hojitas de rúcula, para que no olvidamos los sabores amargos, que
no todo tiene que ser realidad en la vida.
- La próxima vez se
va a venir usted a ver a la Sirenita. Que mi amigo René va dejando alumnos por
esa ciudad maravillosa cuando hace sol, y le sentará de maravilla pedalear un
ratito por las rectilíneas calles de esa pizpireta ciudad.
Cardamomo ha preparado Smorrebrod como para dar de almorzar a todo el
condominio.
- Es por si le
acercamos alguno a Ming Chao, dice con rubor estudiantil de seminario
orcelitano.
- De paso envíele
una bandejita a Sor Prendida, que hace día que no viene a casa.
- Imposible, se ha
marchado a Copenhague, a cenar en Radio, comer en Geranium, y dice que si le
llega se pasa por Noma, que su amiga Rocio
Sánchez, la californiana jefa de pastelería del almacén de sal, le ha conseguido mesa.
¡Cómo me gustan las aventuras de estos dos personajes por distintos países de Europa y sus comidas típicas!
ResponderEliminarQue dice Cardamomo que muchas gracias. Azafrán, ya sabes, siempre más con la boca chica, parece que está encantado, pero trata de no aparentarlo. Estos intelectuales de la vieja izquierda siempre tan casposos.
ResponderEliminar