miércoles, 10 de julio de 2013

6. ¿Comiendo fondue con Borges?


La estación de trenes de Ginebra no es, pese a su tamaño e importancia, de una belleza que sobrecoja.  Hacía escala en el trayecto Venecia Vichy. Y el frío era, más que considerable, como un fiel animal de compañía.

Cardamomo ha rayado los quesos a mano, tiene los elementos preparados para comenzar a preparar una fondue suiza, donde mezclará diversos quesos que ha comprado en esa tienda que hay cerca del Teatro Romea y que le vende una gentil dependienta de nombre Elena, y de ademanes tiránicos que a él le motivan tanto. Algo de vino blanco, ajo, y especias completan la preparación. El pan está cortado en bastoncitos muy regulares.

Azafrán, que un día fue espía y ladrón de corazones, rememora el paseo por la ciudad. Poca luz y menos gente por la calle.

-         Al entrar en aquél restaurante no podía creer que lo vi. El único comensal  que aún permanecía en el establecimiento, junto a la ventana que daba a la calle, me hacía una señal para que me acercara, me sentara y compartiera conversación con él.

En la fondue se unen todas las paciencias. La que el tiempo ha ido generando en el queso, y la de la mano que mueve con ritmo seguro la mezcla para que no se separen las grasas de los líquidos. Se unen los caminos, no se bifurcan. Y el hilo que hace el pan mojado la cremosa mezcla es señal de que nadie quiere abandonar su lugar primigenio. Y finalmente el convidado que trata de que el pan no se pierda.




Sobre la mesa, en el libro que el comensal leía, una gota amarillenta y perfumada ocultó la primera letra del apellido del autor del libro. Su voz, ciega, era como de tango de futuro.

2 comentarios:

  1. Muy buena pero breve esta narración. Nos quedamos sin saber de qué hablaron; qué se contaron. Me encanta esta página. Un saludo muy grande desde Buenos Aires.

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  2. Leonorcita, las conversaciones de los demás, solo debemos escucharlas si ellos quieren. Pero seguro que a ese señor tan profundo no le molestaría nada que estuviéramos pendientes de sus palabras.

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