Mapa de Rusia
- ¿Es que viene a comer su amiga Gala?, dice divertido Cardamomo,
mientras observa como su maestro corta
remolachas, col, patatas y alguna pieza de carne muy fibrosa, en la tabla de madera que hay sobre el granito
negro de la casa que habitan este verano.
- Los rusos, esa reunión poco amigable de repúblicas, a cada cual más
suya y con unas pulgas muy, pero que muy belicosas, aman las sopas, a cualquier
hora, cualquier día, y en cualquier estación del año.
- Querrá decir en la fría, y en la más fría.
- Muy suelto le veo, señor Cardamomo, comenta Azafrán mientras va dejando
las verduras troceadas en el caldo que servirá de base a la sopa. Si queremos
que las sopas sean sabrosas, pasaremos del frío al calor. Si lo que queremos es
que lo puesto en la sopa sea lo sabroso, de calor a calor.
Copa Borsch
Patatas y “smetana”, esa especie de nata agria que va por doquier en
cualquier plato, no suelen faltar en las mesas de ese pueblo que sus zares solo
hicieron dos cosas buenas. Una decidirse por el Louis Roeder Cristal como
champagne de la casa, y luego aplicar su servicio de sala, a la rusa, a la
cocina moderna.
Etiqueta de Louis Roeder Cristal
Esté atento. Siete son las familias de las sopas rusas:
Las frías basadas en el fermento de harinas y manzanas.
Las ligeras, con aguas y
vegetales. Las de pasta con carne, setas y leche. Las basadas en el repollo y la
col.
Las basadas en la carne, las de pescado.
Y las fundamentadas en los granos y las verduras.
- Tovarich, me ha dejado
usted tieso. Dos vodkas y me recupero.
Siempre estos exquisitos personajes viajando y enseñándonos comidas de distintos países. Un cordial saludo.
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